Brindemos hoy por los amigos. Pero no los amigos de salir un sábado, echarse unas risas y coger una borrachera, no. Por esos amigos que son como la sangre, que acuden a tus heridas sin llamarlos. Por esos amigos que te sacan una sonrisa mientras te cae una lágrima. Por esos amigos a los que les cuentas todo, hasta la más mínima idiotez. Por esos amigos con los que estás horas y horas hablando y no te cansas. Por esos amigos que les sientes como una gran parte de ti. Por esos amigos que te dan, y les das, todo el cariño. Por esos amigos que te demuestran su amor con hechos y con palabras. Por esos amigos que nunca te mienten, aunque la verdad te duela. Por esos amigos que lo son todo.
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