se han pasado por aqui...

iberia

miércoles, 1 de junio de 2011

¿Por qué no es el amor como en los cuentos? ¿Por qué no hay besos de película? ¿Por qué no hay príncipes? ¿Por qué la vida no tiene banda sonora? ¿Por qué no está escrito lo que pasará? ¿Por qué nada es tan perfecto?
Estaría bien vivir siendo felices al cien por cien, conseguir todo lo que nos propongamos y que el amor fuera tan bonito como en un cuento, pero eso sólo lo sueñan las niñas. Cuando creces y lo piensas te das cuenta de que lo perfecto cansa, que tenerlo todo aburre y que sonreír siempre te puede llegar a estropear la mandíbula. Yo prefiero una vida con ironía, que cuando salga a la calle y me ciegue el sol no me ponga a cantar como en los cuentos, que, por mucho que duela, cuando el príncipe se canse te mande a paseo y que las brujas se salgan de vez en cuando con la suya, yo prefiero vivir así, con más intriga, con más acción.
Me encanta cuando llueve mucho y se me corre el rímel, me gusta terminar siempre pisando los charcos, a la vez que también adoro caerme algún sábado por culpa de eses tacones que no te dejan caminar, o cuando quedas y te terminas poniendo cualquier cosa porque no tienes un vestido de princesa para enamorar al príncipe.
Esas historias de amor son tan perfectas que no me gustaría vivir en una, me encanta encender el video y ver como dos personas terminan comiendo perdices, pero para mi no quiero eso. Se que sonará raro, pero me gusta pasarme una noche entera escuchando música y ponerme mal pensando en esa persona, también me gusta cuando estoy tan depre que como chocolate, o aquellos días en los que me siento tan sola que me paso la tarde llorando viendo como las parejas de las películas se quieren. Me gusta no saber si el me quiere o pasa de mi, me gusta esperar un si o un no, me gusta romperme la cabeza pensando que no me quiere o saltar de alegría cuando me dice que me quiere.
Las fiestas en los cuentos no son tan divertidas, ya que nunca se te romperá un tacón, nunca tendrás ese cosquilleo que provoca la vergüenza cuando te acercas a conocer al chico de la barra y seguramente tampoco acabes tan borracha como para tener una resaca tremenda al día siguiente. Me encanta bailar tanto que acabo despeinadisima, ir a al baño y que el pelo este tan mal que tenga que atarme una coleta, ir de cena al burguer, que casi se me vean las bragas o que me tiren una copa por encima. Además los escritores siempre hacen la misma clase de fiestas, esta bien el no tener nada preparado y terminar improvisando.
En cuanto a las amigas, si, lo se, mola mucho que sean perfectas y que cada vez que países una tardaza juntas os pongan una banda sonora ideal, pero tampoco está mal discutir de vez en cuando, llamarse de todo y arreglarlo.
Todo empieza con erase una vez y termina con un fueron felices y comieron felices, ¿por qué no dejar que todo siga su curso y que pase lo que tenga que pasar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario