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Una vez,un 31 de Febrero, un atardecer rojo
la vida empezó a sonar como un río en la mañana fría
una araña recorría la cama del hombre que vivía en un reloj , con su insaciante hambre de amor
y que tenía de costumbre dar vueltas sobre su propio eje 
un día decidió volar,con sus alas creadas con palabras y rimas.
y decidió partir , con su melodía soñolienta tatuada en la mirada. Conocíó  a la luna y se enamoró de ella y de cada uno de sus lunares,podía tirarse días,meses incluso años , alimentándose únicamente de su bella imágen
pero no podía estar ahí eternamente ,viviendo en su regazo.
en mucho tiempo la gente no supo nada de él , Algunos creyeron que huyó con su soledad a un lugar donde las nubes eran turquesas , otros creyeron que sus palabras acallaron y que cayó al mar , cansado por su trayecto.
Pero poca gente sabía la verdad , aquel hombre , deseando ser recordado por su luna,dibujó cada noche en un lienzo oscuro unos trazos blancos que brillaban como diamantes , para que su luna no estuviera sola y no le olvidara ,y haciendo las cosas al revés, el hombre se fue,decidió volver a su reloj,para entonces nadie le recordaría, y al se le llenarían los ojos de lágrimas cada vez que mirara al cielo ,repitiéndose a si  mismo que volvería , un día,mirando al cielo,notó como sus ojos se cerraban y su corazón dejó de latir para siempre.
Algunos piensan que fue creando unas nuevas alas con sus silencios, en vez de palabras,y que aquel viejo triste,volvió con su luna.
Otros dicen que , desde cualquier punto de la tierra,se ve cada noche a un hombre bailando lentamente con la luna y acariciando lentamente sus lunares..