Soy piel para que me toques. Soy historia para que me escribas. Sombra para seguirme y canción para que me inventes.
No me gusta ser sueño de nadie, prefiero ser tu insonmio.
Tengo pestañas para comerte y tacones que abren paso entre tus ganas.
Tengo preguntas indiscretas, y de respuestas, ni hablamos. Tengo secretos guardados en la comisura de mis labios y soy complicidad en cada confesión.
Declaro la guerra a los ojos verdes y la guerra no acaba si no soy YO la que gana. 
Mi mirada es emocional, de racional yo no entiendo.
Para conocerme hace falta más de una vida, pero menos de dos. Pero para quererme, bastan cinco minutos.
Si me pierdes, estás perdido. Si me encuentras, puede que también.
Pero sea como sea, me vas a querer. Y a partir de ahí, puede empezar la historia.