hay miles, quizá millones. Las hay largas, cortas, bonitas, odiosas, perfectas, suaves, duras, en fin... demasiadas. Una palabra dicha en un segundo puede destruir una mente para siempre, o puede hacerla cambiar radicalmente, puede hacer que cambie completamente su punto de vista o simplemente puede llenarla de la más profunda y sincera felicidad. Por eso no hay nada, absolutamente nada más poderoso que una palabra soltada en el momento justo y una mente dispuesta a escuchar y reflexionar.
Precisamente por eso soy la persona mas feliz del mundo cuando dejas caer en el momento exacto esas palabras: TE QUIERO. Y ya las hemos repetido tantas veces que han evolucionado hasta tener ese único significado que solo conocemos y podemos darle tú y yo. Nunca, nunca dejes de repetirmelas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario