Hoy le vi. Después de meses, volví a verle. No podría explicar con una palabra todo lo que he sentido, lo único que puedo decir es que me ha traído miles de recuerdos. Éramos felices, me quería, le quería. Me levantaba feliz por las mañanas, con ganas de VIVIR y con ganas de gritarlo al mundo. Y fue justo ahí, cuando experimenté eso que parecía un mito... las típicas mariposas en el estómago y he de reconocer, que es de las mejores cosas que me han pasado en la vida, SON GENIALES. No hay una semana en la que no me pregunte que fue lo que hice mal para que me dejara, para que de un día para otro se desenamorara tan fácilmente. No puedo dejar de acordarme de todos los momentos que viví junto a ti, del roce de nuestras manos, tus caricias, tu piel tan suave, tu ternura, TU todo...
¿Es cierto que dónde hubo fuego, quedan cenizas? Lo único que sé, es que es ella, la esperanza de volverte a tener entre mis brazos, la que me mantiene viva.