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iberia

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Somos solo personas.

Nunca se pierde si se ha intentado, tampoco se fracasa. El gran fracaso es no intentarlo o abandonar por miedo a que algo no salga como esperamos. Pero es que somos personas, personas que se equivocan y fracasan, que tienen miedo y que huyen, que se esconden para no sufrir y ríen cuando quieren llorar. Pero también somos personas inteligentes, personas que lloran de emoción, de alegría y de ilusión; personas que se rebelan ante aquello que no creen conveniente; que son capaces de pensar, creer y soñar; que luchan a diario por sobrevivir en un mundo injusto, en el que se encierra a personas inocentes y se libera a culpables de homicidios, abusos, robos y tráfico de drogas; personas que sueñan su futuro, cuando realmente saben que es probablemente imposible; personas que, a pesar de pasarlo mal, se levantan cada mañana con la cabeza alta y continúan; que sufren el desprecio de los llamados "poderosos" cuando, en realidad, son más débiles que nadie; personas que se encierran en ellas mismas para no volver a pasarlo mal; que se refugian en el alcohol para olvidar penas; que buscan fiesta para no perder la esperanza en este mundo de locos.
Personas que, a pesar de sus diferencias, buscan lo mismo: ser felices; personas que ya no regalan nada, ni una sonrisa ni un piropo; que juzgan sin conocer, que opinan sin saber; que mienten y no se arrepienten; personas que quieren sin querer; que reconocen defectos y otros no; que silban de contentas que están; que contestan mal al hablar; que joden sin importar.
Personas que creen en el destino, y personas que no; personas que rechazan cuando otras aceptan; personas que luchan por su vida y otras que se suicidan; personas que vuelan, otras son esclavas; personas esclavas de palabras, de recuerdos, de personas; personas enamoradas, queridas u odiadas; personas olvidadas por amigos antiguos; personas que esperan que llegue el gran momento; a las que ya les ha pasado y otras a las que nunca llega. Dicen que quien espera, desespera; así van las cosas en la Tierra.
Personas que crecen físicamente, pero no maduran; personas que se quedan siendo niños hasta el final de sus días; personas que ayudan; que estorban; que regañan. Personas solitarias llenas de virtud, personas rodeadas solas de verdad. Personas que son un número más, pero el número para alguien especial.
Más allá de los resultados, vale la pena intentarlo. Por eso nunca, nadie fracasa. Porque a pesar de estar cansados de intentar, siempre hay algo o alguien que nos empuja a seguir. Solamente el que tira la toalla, fracasa. Los demás, son solo personas que hoy lo intentan y mañana lo consiguen.

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