Hace días que no pienso. Mi cuarderno del alma no está más vacío sino menos lleno. Me dedico a vivir sin pensar pero sintiendo y que el viento transformado en vida me guíe, ni siquiera es necesario que me muestre el camino, puedo cerrar los ojos y seguir andando ignorando lo que ocurrirá en los próximos dos minutos a mi alrededor...
Quizás esa es la forma que busco desde hace dos años de encontrar la salida. Creo que lo estoy consiguiendo. La tranquilidad está cerca.
Ojalá.
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